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lunes, 22 de noviembre de 2010

DIBUJO INFANTIL EN LA PEÑA LOS ARENEROS


Los niños sí quieren la Fiesta de los toros”
V concurso de pintura infantil de la peña Los Areneros

La Peña Taurina Los Areneros de Madrid ha abierto el V concurso nacional de dibujo infantil. Una convocatoria frecuente todos los años que acerca a los niños al mundo del toro a través de la pinturas.
El tema para esta edición será:
“Los niños sí quieren la Fiesta de los toros”,
Los niños participantes, no podrán tener más de 14 años , ni menos de 4 años y los trabajos deben presentarse obligatoriamente en formato DIN A4 y se enviarán a:
“Peña Taurina Los Areneros – Concurso de dibujo infantil. Restaurante Puerta Grande. Calle de Pedro Heredia, 23. 28028. Madrid”.
En el reverso figurarán en mayúsculas los siguientes datos del autor:
Nombre,
apellidos,
fecha de nacimiento,
domicilio,
lugar de residencia,
código postal y número de teléfono.
La fecha límite de presentación es el 30 de enero de 2011, haciéndose público el fallo del concurso y la entrega de los premios el día 13 de febrero de 2011, a las 11.00 horas en el restaurante Puerta Grande, donde quedarán expuestos.
Todos los niños recibirán un regalo.

martes, 9 de noviembre de 2010

LA MALDITA ESPADITA DE ALUMINIO



No suelo ir ninguno de los festejos de la Feria de otoño, y no suelo ir por una cuestión de orgullo taurino o de rabieta de niño chico, que diría algún amigo mío. Me parece que no yendo a estos festejos, el abono que me cobran, es menos chantajista. Una tontería mas de las mías.
Saltándome la norma anti chantajista, que he impuesto a mi “serrano cuerpo”, el sábado 52 de Octubre y forzado por unos amigos de Linares, baje a Las Ventas, mas por ver a Curro Díaz, que a Juan Mora, pero sin mucho ánimo y por supuesto, mentalizado, para ver una soporífera corrida más, pero como esto del toro, es como La Primitiva, que si quieres que algún día te toque tienes que jugar todas las semanas, pues a mi me tocó “La Primitiva Taurina”, con solo jugar una vez y vi a un pedazo de torero, que estaba ya en el baúl de los recuerdo de Karina.
La primera sorpresa fue, ver que montaba la espada de matar para iniciar la faena y no esa maldita espada de aluminio que usan ahora, sin pudor los toreros. Al menos antiguamente tenían que hacer el paripé de traer un certificado médico y anunciarlo a los asistentes y quizás ahí estuvo la clave del triunfo de Juan Mora, porque si después de hacer una faena maciza, llena de sentido torero, de arte y de conocimiento del torero, dejando cuadrado al toro después del último pasé, se tiene que ir al burladero, cambiar la espada, montar de nuevo la muleta, mientras el toro espera, o no, a que terminen todos estos preparativos, seguramente que no hubiera surtido el mismo efecto, que surtió ese día, cuando sin más dilación, se perfilo y tumbo al toro de una soberbia estocada. El público y aficionados, que es cosa diferente, estaban calentitos, calentitos (como los tejeringos) y de ahí que se le dieran dos merecidas orejas.
Habría que reivindicar muchas pequeñas cosas, no sustanciales para el desarrollo de la lidia, pero creo yo que importantes, como esta de “obligar” a usar el estoque de verdad, que hemos dicho siempre y no esa maldita espada de aluminio, como deberían usar los botijos los mozos de espada y no esas malditas botellas de agua mineral que ahora llevan a las plazas.
Ya sé que algunos me tacharán de decimonónico por todo esto que estoy escribiendo, pero espero y deseo, que convengáis conmigo en que quizás, la hecatombe actual de lo taurino, en la que nos encontramos, empezó por ir dejando perder estas pequeñas cosas y sobre todo, porque dejamos perder el romanticismo, que siempre ha habido en esto del toro.
Volvamos a ser románticos, incluso en casa, con nuestra santa. ¡Es tan bonito!