Caratula de la serie emitida por Tele 5.
Vaya Por delante, que nunca he deseado la muerte de nadie, ni me he alegrado de ello tampoco, bueno menos en el año 1975, pero ya esta pasado y hago esta observación primero para intentar evitar que alguna mente mal pensante, que seguro que alguna habrá, equivoque lo que pretenderé decir en los próximos párrafos.
Ahora hace ya 25 años que murió Francisco Rivera “Paquirri” en la plaza de toros de Pozo Blanco (Córdoba) y por motivos que no acierto a comprender, se organizan fastos por todos lados en su memoria, cuando creo yo que el recuerdo debería quedar para sus familiares, amigos y poco más.
Quizás pudiera entender, que se hicieran estos recordatorios tan exagerados, a toreros que han sido algo excepcional en su vida taurina, pero en el caso de Paquirri, torero vulgar, mal banderillero. Donde curiosamente, adquirió mas fama y con la única virtud quizás, de matar normalmente como un “cañón”, por esta virtud, casi nadie le recuerda, es mas conocido por sus matrimonios mediáticos (Carmina Ordóñez e Isabel Pantoja) por sus hijos Fran, Cayetano y “Paquirrin” y pare Ud. de contar, por eso no entiendo toda esta algarabía que se ha montado.
Tele 5, o “Te-la-hinco” que dicen en el bar mi barrio, esa cadena que solo da noticias de toros cuando tiene un percance grave o amorio, alguno de los toreros mediáticos, cuando en algún pueblo un corredor cae herido en el encierro, es decir cuando hay “carnaza taurina”. Pues bien esta cadena se ha sacado de la manga una miniserie sobre la vida de este torero, un bodrio dicho sea de paso, que mas parece un culebrón sudamericano, que la vida de un torero, quizás porque taurinamente no había mucho que contar, aunque en esta cadena, siempre hubieran primado más la parte de la “entrepierna”, que la vida taurina de nadie, por eso mi sorpresa es menor al ver la serie.
Más me sorprende que se monte una exposición en La Sala Cultural Antoñete de Las Ventas (con el patrocinio de la Comunida de Madrid y del Metro) en honor de este mediocre torero, como si hubiera sido el mejor torero de la historia. Quizás algún político defensor de la mediocridad, (le supongo de la Comunidad de Madrid) que son los más, o un amiguete de la familia, con “mando en plaza” ( me imagino que del Metro de Madrid) y nunca mejor dicho, sea el responsable de tamaña barbaridad y donde se pueden ver diversos “abalorios taurinos” cedidos por sus hijos. ¡Que emoción más grande!
Lamentablemente no viviré tanto como para ver que pasará en el año 2023, cuando se cumplan los 25 años de la muerte de Antonio Ordóñez, suegro de Paquirri e infinitamente mejor torero que él, solo por poner un ejemplo.
Ya se que algún listo me dirá, que es, porque Paquirri fue matado por un toro y Ordóñez no, pero si me lo dice, le contestaré que ahí esta la suerte de uno y de otro. Al primero, torero mediocre, se le recuerda por ese motivo de la muerte en la plaza y por sus amores mediáticos todos ellos y al otro solo le recuerdan los aficionados cabales y de cierta edad, claro.
Ya lo saben, a partir de ahora ser mediocre tiene premio.
