De
fuentes generalmente bien informadas, como se decía antiguamente, me llego este
verano una información que me llamo la atención en ese momento y sigue dándome
vueltas en la cabeza.
La
información me llegó en un bar mientras degustaba un refrescante gin-tonic y
cerca de mí, unos señores (a los que conocía del mundo del toro) hablaban de
toros. Uno de ellos periodista, el otro un aficionado de reconocida solvencia.
Como
no podía ser de otra manera, pegue el oído y escuche lo que allí se cocía,
mientras disimulaba, haciendo que leía un libro que llevaba en la mano, en ese
momento.
El
aficionado de reconocida solvencia, comentaba con el periodista que había
asistido a una reunión, no recuerdo ahora donde, ni con quien, pero si recuerdo
que ha dicha reunión asistió Morante de la Puebla.
Como
se puede suponer mi oído se volvió fino, pues se estaba hablando del único
torero con perfume, que dijera un día el cantaor José Mercé y que yo comparto.
Entre
otras cosas, se hablaba de que Morante de la Puebla, había asistido a la
reunión para hacer varias propuestas a los que mandan en esto de los toros y
una de ellas era que los ruedos de las plazas de toros, se allanen y no tengan
ese desnivel que va desde el centro del ruedo hasta las tablas, al objeto de
que el toro no tenga hacer ese esfuerzo cuando se desplaza.
Recuerdo
la foto publicada este San Isidro pasado, en distintos medios en la que se veía
al maestro Morante, en el ruedo de Las Ventas, con chándal y entre obreros y
maquinas excavadoras, dirigiendo unas obras en el ruedo de la plaza. En aquella
ocasión, se dijo que estaba dirigiendo o supervisando las obras de
acondicionamiento del ruedo, después del desastre en la arena de la corrida del
día anterior. Yo como soy de natural biempensante, me lo creí, pero sospecho lo
que hacia allí.
Seguí
ahora con más interés lo que se comentaba en la mesa contigua y pude escuchar
que otra de las propuestas que sugería el maestro Morante, es que se baje la altura
de las tablas y burladeros de las plazas, al objeto, de que de esta manera, el
toro para el espectador, parezca más grande de lo que en realidad es.
Después
de lo oído, y algún asunto más, que me reservo para próxima ocasión, mis
acompañantes de bar, se levantaron y se fueron, dejándome pensado con mi
gin-tonic helándome la mano. No podía creer lo escuchado.
Al
final he llegado a la conclusión de que Morante de la Puebla, sabe lo que dice
y porque lo dice. Lo de dejar el ruedo más liso que la cabeza de Yul Brynner,
es porque es consciente de que la cabaña de bravo en España está que no puede
moverse, sin casta y sin bravura, porque superar un pequeño desnivel, no debe
representar ningún esfuerzo para un toro de cuatro años o más.
En
cuanto a lo de rebajar la altura de las tablas para que el toro parezca mas
grande, es de traca, o sea que el torero de arte, propone que nos tratan de
engañar visualmente y así los toreros tan contentos, toreando cabras y
haciéndolos pasar por toros.
Queda
claro que las gentes del toro, piensan que somos tontos de baba y que se nos
puede engañar como a los niños.
Luego
se quejan de que las plazas están cada día más vacías, pero como siguán
pensando de esa manera, las plazas no se quedaran vacías, serán derrumbadas y,
en el mejor de los casos, hacer un bonito parque para que jueguen los niños.
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