
Personalmente a mí que dejen de darse toros en Barcelona, me importa un bledo y medio, por no decir dos bledos.
Una de las razones, que son varias, es que la afición en Barcelona, es casi testimonial, tan solo hay que fijarse en el aforo de un domingo cualquiera en esa plaza y que tan solo consigue llenarse, cuando José Tomas, decide darse un baño de masas y popularidad, el resto del año taurino, asientos vacíos, que no cemento.
Otra razón es la falta de defensa de los principales perjudicados por esa abolición, (dueño de la plaza, empresario, ganaderos, apoderados, matadores, banderilleros y hasta los puntilleros de corrales, si se me permite esta figura moderna y soldados sin graduación, sin olvidar a los aficionados) que se han movido poco y mal, cuando podían sin mucho esfuerzo recoger mas de las 170.000 firmas que ha conseguido los de la ILP a favor de que los toros en Barcelona no continuaran, entonces veríamos que decisión hubieran tomado los políticos, eso como primera medida y no lo han hecho y tan solo se han limitado a “largar” en algunos medios de comunicación, unas veces lloriqueando y otras lamentándose y claro les han ganado la partida por la mano.
Sobre otras cuestiones políticas, no quiero pronunciarme, los políticos ya se sabe, mañana cambian de bando y me dejan con el “Bull al aire”.
Otra de mis razones y principal, para “pasar” de este asunto de la abolición es para poder ver si los taurinos (taurinos somos todos) toman nota y empiezan a cambiar el chip, pues no deben olvidar todos ellos, que “estas lluvias” y sus consecuentes “lodos”, son en gran parte por su culpa y la marea abolicionista, seguirá extendiéndose por todo la Piel de Toro, llamada España, si continúan con sus “tejemanejes”, sus manipulaciones y sobre todo con su falta de respeto a la afición y empiezan a recuperar la dignidad taurina, perdida ya hace muchos años, por ejemplo, siendo cómplices del lamentable espectáculo dado en Las Vegas por el tal Don Bull, pensando ellos, solo en la “pela”, el euro modernamente, sin importarles lo mas mínimo las consecuencias que ello puede acarrear. Espero que a partir de ahora si estén mas vivos y que cambien el rumbo emprendido hace años, que todavía estamos a tiempo y si no lo hacen ¡allá ellos! ¡Que Dios se lo demande! Que diría un católico.
A mi lo que me preocupa es el destierro de los Juan Pedro Domecq y sus sucedáneos de Sevilla (bien por la afición sevillana) y tambien, la ausencia este año de Victorino en Las Ventas, ausencia, que debería haberse producido hace ya algún tiempo.
Tiempo habrá para escribir de ambas casos, al menos así lo espero, porque ya se sabe, si empiezan los dos ganaderos a mover hilos, igual alguno de los dos empresario se retracta. Sobre tod el de Sevilla.